Con la vuelta de los jeans super skinny y leggings estos dos últimos años, estaba claro que se inventarían los “jeggings”. Los jeggings son jeans tan skinny que parecen leggings y se llevan como tales. Es decir vaqueros ajustadísimos de arriba a abajo.
Tengo que decir que al principio no era muy fan de los skinny jeans ni de los leggings, pero con el tiempo me han acabado gustando ambos, tanto es así que no puedo llevar otro tipo de vaqueros que no sean skinny (y eso que a mí los pantalones de campana me encantaban). El problema con estos pantalones tan ajustados es que son difíciles de llevar, especialmente los jeggings.
A continuación os doy una serie de reglas que no se deben romper (bajo ningún concepto).
Lo primero de todo: asegúrate de que los jeggings favorecen a tu cuerpo. Si no te sientes cómoda en ellos no los lleves, nadie te va a juzgar por ello. Si estás insegura se notará y además no estarás a gusto contigo misma.
Segundo: elige unos que sean de color oscuro y por lo tanto más fáciles de combinar. Podrás llevarlos tanto con una camiseta de tirantes como con un vestido-jersey. Además los pantalones negros siempre son un plus por lo elegantes o salvajes que pueden resultar según las combinaciones que hagas. Si eres bajita no los lleves largos, si no te quedan bien mételes el bajo.
Ahora llegamos a la parte más importante: ¿con qué me los pongo?
Los jeggings son bastante versátiles y más ponibles y elegantes que los leggings o los skinny. Como son de dénim no tendrás que cubrir tu trasero con camisetas largas, pero son tan ajustados que puedes llevar una camiseta o jerseys largos. O simplemente un cárdigan largo encima de una camiseta de largura normal.
Una Buena idea es llevarlos con un par de tacones graciosos, un jersey largo y una bufanda. Añade un bolso tote al conjunto y estás lista para el día. Así que si vas de compras esta semana (o en rebajas) decídete por un par de jeggins, es todo lo que necesitas.
