El estilo de Diane Kruger


Diane Kruger es una actriz alemana afincada en Los Angeles que antes de probar suerte con la interpretación trabajó como modelo. Nació en 1976 y enseguida empezó a tomar clases de ballet, disciplina que moldeó su esbelto cuerpo y, probablemente, su conciencudo carácter y su buen gusto estético. Año tras año, Kruger figura siempre entre las más elegantes de las listas de estilo, tanto de la prensa especializada de Europa como de Estados Unidos. No se le conoce patinazo alguno en la alfombra roja y da igual de quién se vista, ella siempre acierta. Repasemos su estilo de calle y de noche.

Para el día a día, Kruger escoge ropa cómoda que complementa con zapatos y bolsos femeninos. No obstante, no duda en quitarse los tacones para ponerse calzado plano cuando camina por su Alemania natal nevada, para subirse a su bicileta o para liberar sus pies del cálido asfalto neoyorquino.

Para salir a dar una vuelta por su barrio escoge tonos neutros (blancos, negros, verde caqui, azul marino), pañuelos al cuello para proteger la garganta, pelo recogido y ni pizca de maquillaje. Viste normal, como lo haría cualquier mujer de su edad que disfruta de su tiempo libre. ¿Pero qué es normal? Combinaciones de ropa sin estridencias ni toques hortera.


Cuando llega el momento de desfilar por la alfombra roja, Kruger se transforma en la reina del photocall. No hay color (blanco, negro, mostaza, fucsia, etc.) que se le resista. No hay corte que le quede mal a su menuda figura (sirena, asimétricos, palabra de honor, imperio, etc.) ni textura con la que no se atreva (seda, gasa, tul, bordados, transparencias, volantes, etc.). Lo único que no le gusta demasiado, como en su día a día, son los estampados. Ella prefiere un buen corte con un color vibrante a una tela demasiado llamativa.


¿Su diseñador preferido? Chanel. De hecho, ella y Karl Lagarfeld (también de origen alemán) se entienden muy bien.

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