Si hay alguna modelo que encarne mejor el triunfo en diferentes facetas, esa es Judit Mascó. Ella ha conseguido trascender la pasarela y hacerse con un nombre propio dentro y fuera del mundo de la moda.
Esta veterana modelo ha saboreado el éxito en cada uno de los proyectos en los que se ha visto involucrada… Desde su decisión de ser madre, los quehaceres de la vida empresarial hasta el riesgo de subirse a un escenario o la valentía de enfrentarse a los criterios literarios de un editor.
En sus inicios jamás hubiera pensado Judit que se convertiría en un futuro en una de las modelos más internacionales. A raíz de un desfile benéfico que organizaba una amiga de la madre de Judit, la joven promesa desfiló en él al fallar una de las participantes. Desde entonces empezaron a lloverle las ofertas de varias agencias.
Tenía 15 años cuando se adentró en el apasionante mundo de la moda. Sus primeros trabajos importantes los realizó en Milán, París y Nueva York, donde se desenvolvía con enorme naturalidad gracias a su bella sonrisa y a los cuatro idiomas que domina.
Judit nos cuenta:
En Milán fue donde más tiempo pasé, y logré desfilar repetidas veces para diseñadores como Armani, Dolce&Gabana, Valentino, Max Mara etc. En Nueva York lo hice para Carolina Herrera, Escada, Anne Klein… Pero fue en España donde guardo mis mejores recuerdos, porque conseguí muchos aplausos y el cariño de la gente… ¡Me encanta desfilar!
Pero si hay que destacar una fecha clave en la trayectoria profesional de Judit, viajamos en el tiempo hasta febrero de 1990… La revista norteamericana “Sports Illustrated” quiso que la modelo fuera portada para ilustrar su especial traje de baños. Poco después ganó popularidad en todo el mundo al convertirse en la imagen de las Olimpiadas de Barcelona.