La Alta Costura, una necesidad


Seguro que muchísimas veces os habéis preguntado qué pinta la Alta Costura en el panorama de la moda actual, ¿verdad? Sí, es todo un espectáculo pero son looks imposibles, que no dictan tendencia y que, además, sólo unas privilegiadas pueden adquirir. Entonces, ¿qué papel juega?

Desde hace ya algunas décadas, la Alta Costura ha cedido el protagonismo al Prêt-à-Porter pues, éste último, representa las necesidades actuales de todas nosotras, es decir, ropa funcional, bonita, que nos sirva en cualquier ocasión y que nos haga sentir cómodas y a gusto. Y eso es algo que la Alta Costura no nos permite. ¿Os imagináis asistiendo a una cena de Navidad que un aparatoso Dior Alta Costura? Lo sé, yo tampoco. Hacia los años 30 y 40 había miles de consumidoras de Alta Costura que adquirían las prendas y las vestían, pues eran mucho más llevables de lo que hoy son. Hoy en día sólo quedan 150 compradoras de Alta Costura que, en su mayoría, la adquiere como coleccionistas.

¿Por qué se siguen haciendo desfiles de Alta Costura entonces? Sencillo. Aunque no lo creáis, la Alta Costura es la esencia de la moda, es punto de fantasía y teatro que se ha perdido con el casual y que todas necesitamos para seguir soñando. Pensad en los shows de Galliano para Dior o de Jean Paul Gaultier. Imaginad los Valentinos más excepcionales y la excentricidad de Christian Lacroix… Los desfiles de Alta Costura son una necesidad para los diseñadores que dejan volar su imaginación y crean piezas de museo impensables en una colección de Prêt-à-Porter. Pero, aunque muchos no lo crean, también lo son para las adictas a la moda pues nos permiten soñar, sentirnos parte de algo exclusivo y admirar verdaderas obras de arte con vida.

Sí, obras de arte con vida. Crear un vestido de Alta Costura implica la obligación de, como mínimo 250 horas de trabajo artesanal, el uso de los tejidos de más alta calidad y que todo, absolutamente todo, esté bordado y cosido a mano. Un verdadero trabajo de costura que, a partir de ahora veréis con otros ojos y disfrutaréis como nunca. La próxima cita es en París.

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