Hace unos años empezamos a descubrir los primeros bolsos transparentes, toda una osadía para quienes se atrevían a salir a la calle mostrando uno de los secretos mejor guardados de la humanidad: qué lleva una mujer en su bolso. Durante este verano hemos asistido a una revolución de este complemento, que se puede encontrar en prácticamente todos los colores y tallas y que ha causado furor. Pocas tiendas han escapado a la fiebre de los bolsos transparentes.
Furla abrió la veda
Furla fue la primera empresa que se atrevió con este modelo, que además presentaba realizado en vivos colores y en caucho. Lo que parecía estar predestinado al fracaso, en parte por lo desorbitado de sus precios, se convirtió en todo un éxito. Los Candy bags cuentan con numerosas seguidoras a lo ancho y largo de todo el mundo.
Después vendrían los bolsos transparentes con un toque de color, ya fuera en las asas o en algún pequeño departamento que, además, permitiera alejar las miradas de los curiosos de las pertenencias de la propietaria del bolso.
De eso se ha pasado a la transparencia total y a no tener ningún reparo a la hora de mostrar qué hay en el interior del bolso. Todo lo contrario, se ha convertido en un must y toda it girl sabe que no puede faltar un smartphone, una barra de labios y si acaso una tarjeta de crédito.
También en las pasarelas
Marc Jacobs, Gucci o Stella McCartney fueron de los primeros que se atrevieron a subir este complemento a las pasarelas. Luego vendrían otras muchas casas, buena parte de ellas más asequibles para el bolsillo, las que seguirían sus pasos.
Los bolsos transparentes suelen estar realizados en PVC o plexiglas y, aunque también hay modelos de gran tamaño, predominan los clutchs y carteras de mano. Los modelos más económicos pueden encontrarse en Zara, Stradivarius o Springfield. Las rebajas pueden ser un buen momento para hacerse con uno de ellos porque continuarán siendo tendencia durante la próxima temporada de otoño.