Para la próxima temporada ya nos han enseñado que deberemos ponernos si queremos mostrar en nuestro trabajo nuestra cara más elegante, sexy y atrevida. Utilizaremos más chaquetas (muchas de ellas de color beige), faldas de tubo, ajustados vestidos y pantalones, sí, esta temporada casi normales aunque siempre encontraremos alguna excepción.
Los diseñadores tienden, en la actualidad, a buscar ropa de trabajo que muestre mujeres todo terreno, capaces de realizar sus funciones laborales y también llevar una vida diaria muy amena. En esta idea se mueven, por ejemplo, Dries Van Noten (la mujer trabajadora es toda una heroína), Alber Elbaz en Lanvin, Stefano Pilati en Yves Saint Laurent, Raf Simons para Jil Sander, Stella McCartney, Donna Karan y MaxMara. Cada uno tiende, a su manera, a concentrarse en apuestas modernas y flexibles.
Este año se han centrado en chaquetas adaptables al uso diario, vestidos sexys pero discretos y faldas de tubo, entre otros. Es un estilo simple pero no simplista, más cercano y asequible que no los modelos inalcanzables que nos muestran en las pasarelas de prêt-à-porter.
También se nos muestran colecciones años 80 reciclados. Colores protagonistas como el azul, el negro y plata hacen renacer la época dorada de aquellos años sin perder nada de la elegancia propia de las mujeres trabajadoras. Aunque siempre nos siguen quedando los clásicos como Armani. Sus elegantes trajes de chaqueta y pantalón hacen a la mujer que muestre su cara más elegante.