Carla Bruni es una de las mujeres más admiradas de Francia y quizás de todo el mundo. La primera dama francesa causa furor por allá por donde pasa. En su última visita a México, Carla cautivaba a los fotógrafos de la capital con su elegancia y sus variados trajes de moda, cuatro modelos en dos días.
En Teotihuacán lucía su aspecto más informal, con pantalones oscuros y camisa blanca, mientras que para visitar el monumento erigido en honor de los niños héroes situado en la misma ciudad de México, escogió un conjunto rosado de falda, chaqueta de manga corta y un apretado cinturón para marcar su espigada cintura.
También de rosa, pero con un sencillo vestido fruncido bajo el pecho, y con sus habituales manoletinas de tacón plano, se dejó retratar en el Liceo franco-mexicano, con la melena suelta, sonrisa en la boca y el saber estar ante las cámaras.
Sin embargo, fue por la noche cuando la esposa de Sarkozy sacó a relucir todas sus armas de mujer y deslumbró con un vestido negro de tirantes anchos y una melena cuidadosamente peinada con raya al lado y ligeramente cardada.