La pequeña gatita Hello Kitty siempre ha estado de moda, pero no sé por qué hay rachas que su presencia se convierte en un auténtico bombardeo y está en todas partes. Llevamos un tiempo viviendo una de esas rachas y podemos encontrar a Hello Kitty en toda clase de prendas y complementos: pijamas, bolsitos, zapatillas, collares, camisetas, gomas del pelo, guantes… Vamos, que podemos ir vestidas de Hello Kitty de los pies a la cabeza (un look muy japonés por otro lado…)
Las niñas están como locas por la célebre gatita y sin ir más lejos la marca H&M tiene una completísima colección para ellas con todo tipo de detalles. Y no sólo las niñas, también las mayores se han apuntado a la moda Hello Kitty. La verdad es que la imagen es una monada (o más bien «gatada»), pero tanto, tanto… la verdad, satura un poco.
Hello Kity nació en 1976 y fue diseñada por Ikuko Shimizu, aunque posteriormente tomó el relevo Yuko Yamaguchi. La compañía que la produce es la japonesa Sanrio y es sin duda, el producto más popular de la empresa. El primer elemento de Hello Kitty fue un monedero de vinilo y después de veinte años se puede encontrar impresa en casi cualquier parte, incluso se han hecho videojuegos de ella… Cuenta la leyenda que la verdadera historia de Hello Kitty tiene que ver con el diablo. La madre de una niña con cáncer de boca prometió a Lucifer crear una marca de éxito si su hija se curaba y así fue (por eso la gatita no tiene boca). La verdad es que esta leyenda urbana es un poco espeluznante y nada tiene que ver con la imagen tierna y dulce de Hello Kitty, pero bueno, siempre hay gente que se lo cree.
Más espeluznante que esta leyenda, es la cifra que la marca factura al año por la venta de licencia: 250 millones de euros. Hello Kitty, que tiene, obviamente derechos de autor, es una mina de oro. Y parece que imparable. El otro día fui al MacDonals y con el Happy Meal me dieron una bola rosa. Como no, era una cajita de Hello Kitty con un anillo de Hello Kitty. Puesto, queda monísimo…