Hoy en día, las falsificaciones (también llamadas copias, imitaciones y réplicas) son tan buenas que incluso los propios fabricantes originales tienen problemas para distinguir cuál es la falsificación y cuál es el original. Según un estudio realizado recientemente en Estados Unidos, aproximadamente el 18% de los 98 millones de dólares de productos falsos incautados en la aduana, estaban relacionados con el mundo de la moda: ropa, gafas de sol, relojes, bolsos y gorras.
Si bien no es un delito comprar productos falsificados (sólo es venderlo), existen razones legítimas por las que deberías reconsiderar el comprar productos falsificados:
– Las falsificaciones hacen perder millones a todos los comerciantes. No nos referimos sólo a la bajada de las ventas en los productos originales, sino al pago de impuestos. Los comerciantes deben pagar una serie de impuestos anuales que los falsificadores no abonan.
– La mayoría de las ganancias que se obtienen con este tipo de productos van a parar a bandas que suelen pertenecer al crimen organizado. Este dinero les ayuda a desarrollar otro tipo de negocios como por ejemplo la elaboración de drogas.
– Muchos de estas falsificaciones pueden producirte diferentes problemas. Las gafas de sol de imitación que compraste no te protegerán para nada de los rayos del sol.
¿Cómo sabes cuál es real y cuál es la imitación?
• El precio. Un bolso de Louis Vuitton nuevo no puede costarte 50€. Los reales tiene precios que van desde los 300€ hasta los 18.000€. Lo mismo ocurre con Prada y Gucci.
• ¿Dónde lo estás comprando? Los distribuidores autorizados de Chanel, LV, etc. no se encuentran en una callejuela de una gran ciudad.
• La etiqueta de su elaboración. La etiqueta «Made in Taiwan» debe hacerte sospechar que lo que estás comprando es una falsificación.