Cuando el modisto francés Pierre Balmain fundó su casa en 1945, se convirtió directamente en uno de los grandes del momento junto con Christian Dior y Cristóbal Balenciaga. Había que aprovechar el resurgimiento de la moda después de una gran época de crisis y Balmain no quería dejara pasar esa oportunidad.
Balmain se convirtió por su elegancia en el favorito de la realeza europea y de la mayoría de las súper estrellas de Hollywood locas por la moda: Marlene Dietrich, Katharine Hepburn, Brigitte Bardot y Sophia Loren. Desde la muerte de Balmain, en 1982, los días de gloria para la firma se han ido reduciendo. Su asistente, Erik Mortensen, se hizo cargo de la casa hasta 1990, y dos años más tarde, Oscar de la Renta entró para intentar devolver a la marca al lugar que le correspondía.
De la Renta ha diseñado alta costura para Balmain desde 1993 hasta el año 2002. A partir de ese momento comenzó como director creativo Laurent Mercier. El problema fue que no tuvo demasiado éxito y la casa pronto cayó en una grave crisis financiera que le obligó a declararse en quiebra. En 2005 nuevos inversores comenzaron a dar un empuje a la empresa. Trajeron al diseñador Christophe Decarnin para que diera un nuevo aire fresco.
Alain Hivelin, propietario actual de la marca, sostiene que las ventas se han duplicado desde el nombramiento como director creativo de Decarnin. En 2009 han llegado a declarar 28 millones de dólares en ingresos. Estos ingresos también se deben a la exitosa línea de zapatos que sacaron no hace mucho al mercado y a la primera colección de ropa de hombre que presentaron en París en el mes de enero.