La marca de calzado española Pikolinos ha dado una vuelta de tuerca a la fabricación de zapatos, consiguiendo lo mejor de una empresa: que sea creativa, que elabore productos de calidad y que su labor repercuta positivamente en la sociedad. ¿Cómo lo han logrado? Han diseñado su última colección de sandalias en Elche, donde tienen la sede central y han cortado las pieles, que posteriormente han enviado a las comunidades Maasai de Kenia. A su vez, alrededor de 1.400 mujeres maasai han bordado las sandalias con dibujos típicos de su cultura y han recibido a cambio un sueldo justo. ¿Un plus? Las sandalias son maravillosas.
Sólo tienes que pasarte por la tienda online de Pikolinos para ver la nueva colección, de la cual la grandísima Eugenia Silva es su embajadora. La modelo española más internacional apuesta también por poner su grano de arena para crear un mundo más justo, incluso en las relaciones comerciales.
Hace dos años, en 2010, la empresa de calzado llevó a cabo un proyecto piloto que fue todo un éxito. Las mujeres maasai quedaron satisfechas y Pikolinos ha repetido y espera asentar esta colaboración con una de las tribus del mundo que se encuentra en peligro de extinción.
Las mujeres bordan en medio de la sabana con las cuentas tejiendo dibujos típicos de su identidad cultural. Mientras, la distribución de esta línea se efectúa en cuarenta puntos a nivel internacional, además de la tienda virtual de Pikolinos. Los beneficios irán destinados íntegramente al pueblo Maasai, asegura la empresa.
Las sandalias son realmente arrebatadoras. Las pieles de diferentes colores se combinan entre si con un resultado inesperado y realmente precioso. A su vez, las cuentas multicolores aportan un toque original y delicado. No son unas sandalias hippies, son unas sandalias con mucha personalidad. Y con mucha historia.