Meses atrás nos enterábamos que una de las principales empresas textiles del país sufría tales dificultades económicas que se veía obligada a entrar en un concurso de acreedores. Blanco anunciaba antes del verano la necesidad de reestructurar su modelo de negocio e introducir cambios. Entre ellos el cierre de tiendas y la liquidación de parte de su stock.
Esto derivó en que la empresa anunciara descuentos especiales antes de la temporada de rebajas, lo que le permitió animar las ventas. Después vendrían las primeras rebajas, luego las segundas y desde mediados de mes de julio las terceras, con descuentos de hasta el 70% y mucha tentación por la presencia de piezas de nueva colección. A este paso para cuando llegue septiembre iremos por las décimas rebajas de Blanco, que seguirá sacando ropa no sabemos de donde.
A pesar de los anuncios de la empresa del cierre inmediato de numerosas tiendas y del despido de cerca de mil trabajadores derivados de esta situación Blanco presenta regularmente en su página web productos de nuevas colecciones desde que se anunció el concurso de acreedores. Esto puede ser símbolo de la intención de continuar más allá del bache económico actual.
Más descuentos y cierres
El anuncio de las últimas rebajas ha venido acompañado de rumores sobre el cierre de más locales y los consiguientes despidos, así como posibles ajustes laborales entre la plantilla que permanezcan, para capear el temporal y poder hacer frente a las deudas de la empresa.
El objetivo inmediato de Blanco, y de quienes gestionan su crisis, es el de obtener la mayor liquidez posible del modo más rápido. Para ello precisan gastar menos y ganar más, por lo que a la venta de locales y almacenes se une un impulso de las ventas, algo que podrían conseguir con las continuas promociones que anuncian.