Carolina Herrera lleva 25 años diseñando moda y, a pesar de las múltiples colecciones que ha sacado desde que empezó en el sector, sus diseños siguen siendo una apuesta segura para triunfar. Las celebrities lo saben y, seguramente, próximamente veremos a muchas de ellas sobre la alfombra roja luciendo los modelos que hoy os presentamos.
Esta semana, Herrera ha llevado a la pasarela de la New York Fashion Week su propuesta para el próximo otoño: vestidos con cuerpo que enfantizan la figura de la mujer con elegancia. La novedad de esta colección es que se decanta por los tonos muy oscuros, incluso para los grandes vestidos de noche. Sólo el rojo carmín se ha colado tímidamente entre sus trajes de cóctel.
Los tonos fríos son los protagonistas de la noche de Carolina Herrera: berenjena, azul, dorado, negro. Para restar frialdad a los trajes, la diseñadora ha combinado varias texturas en un mismo vestido, incluso se ha atrevido a incorporar brillos, bien en forma de lentejuelas, bien en forma de satinados.
De sus trajes de noche destaca también la comodidad. Es decir, no sólo llevan incorporados un par de bolsillos para que las mujeres puedan guardar algún objeto indispensable (el móvil, la barra de labios), sino que son vestidos que se pueden llevar varias horas sin lamentarse. No requieren corsés ni aprietan el cuerpo de forma artificial.
Para los vestidos de cóctel, la diseñadora ha escogido un corte más tradicional: vestidos cerrados y por debajo de la rodilla que anima con estampados serigrafiados, plumas, rojo, cintura remarcada y hombros al descubierto, en su versión sin mangas.
Con esta colección, la diseñadora de origen venezolano ha conseguido, una vez más, reforzar la feminidad de la mujer sin caer en imposibles. Ya que no ha olvidado que los vestidos de la colección están diseñados para el otoño y el invierno, por lo que las cálidas telas elegidas están en consonancia.