Después de algunos altibajos, la firma francesa Céline ha vuelto y pisando fuerte. Y todo gracias a Phoebe Philo, mano derecha de Stela MacCartney en Chloè y su sucesora tras la decisión de la hija de McCartney de crear su propia firma.
Tras años en manos de Ivana Omazic, quien la convirtió en referente en moda femenina, urbana, elegante y con un toque chic y lujoso, Phoebe Philo se ha encargado de encumbrar la firma como fetiche de una nueva oleada de jóvenes aristocráticas y workings girls que han visto en su sencillez y savoir faire una de las mejores cartas de presentación.
Con su colección F/W 2010, la diseñadora británica da buena muestra de que su elección como directora creativa de Céline ha sido un grandísimo acierto. La firma, fundada hacia los años 40, siempre ha estado presente en el panorama de la moda francesa pero sin llegar a cosechar éxitos del calibre de los de firmas como Dior o Chanel. Parece que con el empuje de Omazic y la última incorporación de Philo, la firma está consiguiendo atraer el favor de las jóvenes convirtiéndose en un referente en moda y tendencias.
¿Cuál es la clave? Philo ha sabido combinar los clásicos de la firma con su particular visión de cómo debe ser la moda actual para las mujeres que la visten: bella, funcional y siempre ladylike. Las excentricidades no entran en la visión de la diseñadora que rescata los cortes al más puro estilo Jackie Kennedy para mezclar tejidos actuales, como la piel tratada, con detalles militares y apostando por el binomio blanco/negro como homenaje a las primeras ejecutivas de los años 90.
Así, la colección presenta un abanico de looks que van desde vestidos estilo años 60, abrigos de silueta cocoon realizados con lana rizada, pantalones tobilleros de lycra y transparencias en camisas ultrafemninas. Las medias son una prenda indispensable para protegerse del frío y las botas, un must según la diseñadora. Podemos confirmar que, Céline, se lleva.