Hace algunos años la «temporada» de bodas, bautizos y comuniones iba de mayo a septiembre. Elegir un look para los cálidos días de verano era más fácil. Pero hoy en día muchísima gente opta por bodas otoñales o incluso bajo la nieve y no es evidente qué look llevar para adecuarse al evento y a las posibles inclemencias del tiempo. Te traigo las claves para estar estupenda en una boda otoñal.
Sin etiqueta definida…
Antes, la etiqueta dictaminaba, y mucho, qué tipo de vestidos podíamos llevar a una boda dependiendo de si era de día o de noche, si era una boda de cocktail o de comilona… Aunque a muchas aún nos gusta seguir las reglas de la etiqueta, yo entre ellas, es cierto que podemos ponernos lo que queramos, independientemente de la hora o el lugar, siempre y cuando los novios no digan lo contrario.
Si vas a una boda donde no hay etiqueta específica, o los novios invitan a que cada uno luzca como mejor le plazca, da rienda suelta a tu estilo. Busca algo que te apetezca llevar, no pienses en largos, cortos o colores. Si es una boda de día y quieres romper con los cánones, ponte un vestido largo, de manga larga y vaporoso, sencillo, nada recargado, en tonos empolvados y combínalo con un tocado (¡son lo último!) y si prefieres seguir las reglas opta por un mini-vestido en tonos llamativos, con algún estampado floral. Conjúntalo con un blazer del mismo tono y estarás perfecta.
El comodín perfecto
Existe y es un look infalible (y a la última) para cualquier boda, sea la época que sea: un vestido inspirado en el New Look de Dior. Cintura de avispa, falda con vuelo y mangas caídas sobre el brazo. Todo esto combinado con una estola de punto o con un chal y tienes el éxito asegurado.