El Little Black Dress, un básico en tu armario


La mejor manera de organizar nuestro armario, en el sentido figurado, es tener un fondo de armario que nos permita lucir diferentes estilos con un número determinado de prendas básicas. Uno de los must de cualquier fondo de armario que se precie es el Little Black Dress, o vestidito negro.

Puesto en escena por la mismísima Audrey Hepburn, y un recurso perfecto para cualquier situación, un buen vestido negro tiene que estar siempre presente en nuestro armario porque, en caso de crisis, no hay nada más elegante, chic y funcional.

My LBD


Lo primero que debes hacer si no tienes un LBD es añadirlo a tu próxima lista de shopping. Es como una buena camisa blanca o como unos buenos vaqueros, siempre hay que tener uno en el armario. Aunque os parezca aburrido o demasiado clásico, creedme, podéis hacer estilismos increíbles con un vestido negro.

El corte tiene que ser sencillo, justo por encima de la rodilla, ni muy corto ni muy largo, y lo demás ya queda en vuestras manos. Sin mangas, de manga corta, de algodón, licra o paño, con algún detalle o liso, todo sirve siempre y cuando sea totalmente negro. En función de vuestro estilo y de vuestro cuerpo escoged lo que más os pegue.

Mil y un look



Pongamos que os compráis un vestido de tirantes, en algodón, con un poco de vuelo y cinturilla. Con un blazer, unos zapatos de tacón y un cinturoncito será un look perfecto para la oficina. Si, por el contrario, lo combináis con una chaqueta tejana y unas converse tendréis un look súper casual.

El vestido pega con todo, se trata simplemente de ir añadiendo los toques necesarios para que bascule hacia uno estilo u otro. Si tienes una cena de empresa, prueba con este vestido, unos botines de tacón y un abrigo de fiesta. Estarás guapa y a la última con un mismo vestido.

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