La moda es así de caprichosa, pasa de vestidos XS a maxifaldas y, nosotras, tenemos que aprender a escoger, combinar y lucir. Una de las tendencias más destacadas para esta primavera/verano son las faldas largas. Esta prenda, si se lleva de la forma adecuada, puede convertirse en tu mejor amiga pues tiene el don de estilizar y de dar movimiento a tu cuerpo. ¿Te animas?
La primera clave es escoger la falda que nos quede bien. Las propuestas son muy variadas: desde faldas tubo a faldas vaporosas, pasando por semitransparentes y tobilleras. ¿Cómo decidirse? Sencillo, tienes que verte bien y estar cómoda. Si buscas una opción más casual, puedes apostar por una falda al tobillo, parecidas a las que lucían en Grease, en blanco o con un estampado suave. Ajústala a la cadera utilizando un pañuelo estrecho y haciendo un lazo bonito. Puedes combinarla con un tank top ajustado o con una blusa un poquito suelta para darle un toque más romántico. Unas sandalias planas serán tu mejor apuesta pues estarás cómoda y luciras tobillos esbeltos.
Si prefieres apostar por la falda larga como look de noche o como solución para ir a la oficina o una reunión, prueba con un modelo largo hasta el suelo y vaporoso. Si apuesta por una falda plisada en tonos tierra o marinos, combínala con un chaleco sastre, un cinturón estrecho y unos peep toe. Si te atreves con un modelo un poquito más arriesgado, para una fiesta de etiqueta por ejemplo, prueba con una falda con mini-volantes o detalles de encaje en tonos crudo. Con un top asimétrico drapeado o una blusa semitransparente y estampada sólo te quedara marcar tu cintura con algún detalle en pedrería y calzarte unos tacones de vértigo. Se girarán a mirarte y brillarás con un look personal e intransferible.