La conocida cantante y actriz está decidida a dejar atrás el personaje de Hannah Montana. Se acabaron los modelos modositos de niña buena. Miley está empezando a demostrar que vale para otras cosas que no estén tan ligadas a la factoría Disney. Está empezando nuevos proyectos: ya rodó la película “The Last Song” y la música que ahora interpreta es mucho más roquera. Y eso lo refleja en su modo de vestir.
En sus apariciones públicas sigue luciendo modelitos de marca, aunque dándoles un toque juvenil muy personal, por ejemplo combinándolos con unas botas camperas. Y lo bueno es que a ella tal combinación le queda bien. Pero es en el día a día donde Miley ha realizado el cambio más radical. Se la ha visto con tejanos absolutamente destrozados, camisas de cuadros que pudieran haber pertenecido a su padre, camisetas que le dan un aire desaliñado, botas militares muy gastadas y mallas negras con agujeros. Por todo ello se le ha criticado muy duramente.
Pero yo me pregunto… ¿no podrá vestir la pobre chica como quiera?. No hay que olvidar que sólo tiene diecisiete años. ¿Cómo vestíamos todos a esa edad?. Parece que Miley está intentando separar al máximo su vida privada de la pública, pues está bastante agobiada de su experiencia con Hannah Montana; si ese agobio lo expresa con su forma de vestir ¡pues adelante!. O quizás sólo intenta ir cómoda. Nadie que la critique tiene autoridad suficiente como para inmiscuirse en la esfera privada de los famosos.
¡Cómo son las cosas! A finales de los 80 y principios de los 90 estaba a la última la moda grunge, gracias entre otras cosas al boom del grupo Nirvana. ¿Pasa algo porque alguien quiera vestir en nuestros días como en aquella época? Yo diría que no. ¡Adelante Miley, sé tú misma!