El gran diseñador Adolfo Domínguez fue el encargado de cerrar la segunda jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week con una colección perfecta para quienes les gusta vestir con estilo e ir a la última, pero sin renunciar a la sencillez y a la comodidad. Las modelos se pasearon luciendo sus curvas con elegantes minivestidos. Los modelos sueltos se ajustan por debajo del pecho o a la cintura con pequeños cinturones. Algunos de ellos incorporan una pequeña riñonera a modo de bandolera, lo que da un toque urbano al diseño. Los grandes escotes de barco, doblados o caídos, y los cuellos cortados al bies ponen el toque de sofisticación la colección del diseñador gallego.
En una línea más deportiva, propone para la mujer los imprescindibles maxijerseys de lana y punto combinados con leggins y pantalones. Tanto las prendas más chic como las más informales se completan con abrigos de tejidos con mucho cuerpo, como el moaré y la alpaca. Estos materiales, conjuntados con la seda, provocan un efecto envolvente y luminoso.
En cuanto a los colores preferidos son los que hacen referencia a la naturaleza, como el verde oliva, el terracota y el beige. Algunos modelos también apuestan por el gris y el azul cuarzo. Colores suaves que el modisto aplica igualmente a las prendas para el hombre, muy sofisticado y sencillo con vaqueros, jerseys de crepé, rebecas de lana, camisas ligeras, chaquetas y parkas muy prácticas y ponibles.
La sensualidad también está presente en los diseños más sueltos, confeccionados en organza, seda y otros tejidos brillantes. La pasarela se llena de diosas griegas modernas que lucen escotes asimétricos, hombros al aire, pliegues vertiginosos y espaldas al aire. Respecto a los complementos, las botas son la pieza clave de la colección, confeccionadas en tonos tierra y en gris, se ajustan perfectamente a la pierna y suben hasta la rodilla. Los bolsos son imprescindibles para ellas, así como las mochilas para ellos.