Las novias de hoy en día en poco se parecen a las de antaño. Y es una suerte para las actuales, porque tienen un mundo abierto de posibilidades desde el punto de vista estilístico. Ya no tienen que limitarse al estricto blanco que lo invadía todo desde la cabeza hasta los pies, sino que se puede probar con cosas diferentes. Los zapatos son uno de los complementos perfectos con los que mostrar nuestra personalidad al tiempo que poner un toque de color, diversión o un guiño a alguien especial.
Para las novias tradicionales que quieren innovar pero sin excederse ni provocar disgustos a madres, tías y abuelas, lo más recomendable es poner un poco de color en los zapatos. Las posibilidades son muchas y de lo más personales. Se puede escoger un tono que signifique algo para la novia (o para el novio), otro que vaya a juego con ciertos complementos de alguno de los contrayentes o simplemente unos zapatos de los que se ha enamorado y lucirlos en la boda es la mejor de las excusas.
Que se busca un calzado aún más alternativo. Es posible. ¿Recordáis que en la película «El padre de la novia» él le hacía unas deportivas para el día de su boda porque tenía una fábrica de calzado deportivo? No os diré que ir de zapatillas es algo que se estile hoy en día, pero las Converse sí. Aunque sólo una novia muy alternativa se da el sí quiero con ellas sí muchas las escogen para ponerse después y estar cómodas. Lo imprescindible es arrastrar al novio y llevar las mismas Converse y decantarse por un color llamativo.
Calzado tradicional
Botines blancos y pensados para combinar con un vestido de novia siempre los ha habido, pero ¿y si preferís unas botas camperas? Hay que decir que es una práctica bastante extendida en Texas. Para ellos es su calzado tradicional. En otras regiones podéis encontrar guiños a los orígenes culturales de los contrayentes.