Un vestido, un jersey, una blusa… sienta bien cuando la línea guarda una proporción equilibrada y el seno está bien protegido con el sujetador adecuado, o el vientre firme con la fajita apropiada. Conseguirlo es fácil si sabes elegir bien tu ropa interior, según las proporciones de tu cuerpo. El sujetador ideal está al alcance tuyo, teniendo clara una verdad universal, y es que no existen en el mundo dos senos idénticos.
Al no existir dos pechos iguales, habrá que probar muchos sujetadores antes de dar con el diseño más adecuado, para que así se convierta en una segunda piel de sujección. Los fabricantes de sujetadores se basan en unas medidas, formas y tamaños orientativos, y con ellos se trabajan diferentes diseños de sujetadores, con distintas telas, refuerzos, tirantes y medidas. Para encontrar el sujetador ideal no puedes acudir a una tienda y llevarte el modelo que más te guste simplemente porque es “mono”, sino que tienes que probarlo como si se tratara de un perfume o de unos zapatos.
El sujetador ideal no tiene que apretar ni molestar, ni deformar o comprimir, ni mucho menos tiene que ser exageradamente amplio o formar arrugas una vez puesto. Se caracteriza esencialmente porque produce rápidamente una sensación de confort, un máximo de elasticidad para poder realizar todos los movimientos deseados sin que por ello el sujetador acuse el más mínimo desplazamiento.
En este sentido, tenemos mucho ganado, y es que hoy los fabricantes de ropa interior trabajan con unos progresos muy espectaculares y ofrecen sujetadores sólidos, aunque no rígidos, y los consiguen con tejidos elásticos, suaves y ligeros para que se conviertan en una segunda piel.