Son el nuevo básico, nunca fallan y pueden combinarse con todo. Aunque no pueden sustituir a la camisa blanca como la clave de un fondo de armario completo, se han convertido en una de esas prendas que todas queremos llevar. Si empezaron siendo camisas de leñador, gruesas, abrigadas y sólo aptas para looks de calle, ahora están presentes en diferentes y variadas texturas que permiten que sean mucho más versátiles y combinables.
Cuadros en todo momento
Ya no hace falta reservarlos para un look roquero. Esta temporada los cuadros vienen estampados en tanto tejidos diferentes que podremos utilizarlos en casi cualquier ocasión.
Para un aspecto más formal lo mejor es optar por una blusa de gasa, semitransparente, de líneas finas y cuadros discretos, que sea holgada y vaporosa. Este toque etéreo le aportará feminidad. Si la combinas con un blazer y unos pitillos negros tendrás un look de oficina perfecto.
Esta misma blusa será perfecta para una noche de cena con tus amigas. Combínala con una mini y una cazadora de cuero. Este look, ahora sí muy roquero, encaja con la tendencia punk de este otoño sin ser exagerado.
Variedad de colores, diferentes estilos
Los colores y el tipo de cuadro es otro de los puntos a tener en cuenta. Piensa en colores imposibles, como el rosa o el turquesa combinados entre sí. Piensa en líneas finas o gruesas que dibujen cuadros más sutiles o más contundentes. Se trata de escoger las prendas que más encajan con tu fondo de armario para poder fundirlas en los looks más variados.
Siempre puedes optar por un clásico, esta camisa leñador de Zara, en lana, puede convertirse en tu mejor compañera. Sólo necesitas unos vaqueros y una camiseta de tirantes y tendrás un look tan “descuidado” como las chicas más it del momento.