Es una creencia popular en el mundo de la moda que tan importante como la ropa que se lleva son los complementos que se llevan. Son capaces de realzar un look y transformarlo y son siempre una buena inversión de cara a hacer comprar importantes. Cuando alguien pregunta qué complemento es imprescindible yo lo tengo claro: un clutch.
La mayor parte de las mujeres en su día a día usan grandes bolsos, porque resultan lo más práctico para llevar todo lo que necesitamos. Cartera, móvil, llaves, kleenex, gafas de sol, maquillaje, agenda,… Usar un bolso pequeño a diario se ha acabado por convertir, en muchos casos, en una utopía. Eso no quita para que no resulten imprescindibles.
Cuando la jornada laboral termina podemos dejar en casa el bolso grande y coger un clutch, objeto que en numerosas ocasiones tiende más a joya que a bolso. Para ir de cañas, en una salida nocturna, a una cena, incluso de compras. Sus pequeñas dimensiones lo convierten en un amigo inseraparable de toda mujer y a pesar de ellas es capaz de transformar un look de oficina en otro más informal o elegante y con un toque de distinción.
Son muy diversos los modelos de clutch que podemos encontrar. Desde los más informales, en colores flúor, a auténticas joyas, pasando por clásicos negros con pequeños detalles. Estos últimos es innegable que se convierten en la opción perfecta si aún no tenéis ninguno, porque son innumerables las posibilidades que ofrecen a nuestros looks.
Bolso organizado
Eso sí, hay que reconocer sus limitaciones y saber que apenas entra el teléfono móvil, una barra de labios y una cartera muy pequeña para básicamente las tarjetas y algún billete. En ocasiones hay que colocar las piezas como si estuviéramos jugando al «Tetris». Paciencia, porque pronto nos acostumbramos.