Dolce & Gabbana podrían ir a la cárcel


En Estilos de Moda no solemos meternos en temas de justicia, pero no podíamos pasar por alto el asunto que estos días está de plena actualidad. Nos referimos al hecho de que Domenico Dolce y Stefano Gabbana, dueños de la firma Dolce & Gabbana, podrían entrar en la cárcel, ya que la Fiscalía de Milán ha solicitado una condena de dos años y medio de presión por una supuesta evasión fiscal de aproximadamente 1.000 millones de euros.

En el caso también están implicados otras cinco personas: los administradores del grupo Alfonso Dolce, Cristina Ruella, Luciano Patelli, Giuseppe Minono y Antoine Noella, que ha sido absuelto. Según el fiscal Gaetano Ruta, los modistos son “los sujetos que se beneficiaron en mayor medida” de la operación que permitió una evasión fiscal a gran escala.

Una sociedad falsa

Según parece, los implicados crearon una sociedad de la firma con sede en Luxemburgo llamada Gado y que figuraba como dueña de algunas marcas que forman parte de la casa. Sin embargo, la fiscalía descubrió que en realidad esta sede se gestionaba desde Italia gracias a una investigación que lleva realizando dese 2007, por lo que las ganancias derivadas de la explotación de la marca tributaban en el extranjero y no en Italia, donde deberían haberse pagado los impuestos.

Un valor inferior al real

Además, ambos estilistas están acusados de haber cedido las marcas que forman parte de su imperio a dicha sociedad por 360 millones de euros, un valor muy inferior al real según la acusación, que lo cifra en unos 700 millones de euros.

Trayectoria

En 2010 Dolce & Gabbana fueron acusados de crear una caja fuerte en el extranjero para generar una planificación fiscal ilícita con el objetivo de ahorrar impuestos. A principios de 2011, un juez decidió archivar la causa contra ellos, formulada como un delito de estafa al Estado. Sin embargo, la Fiscalía recurrió al Tribunal Supremo y en noviembre del pasado año se procedió a juzgarles por evasión fiscal.

El pasado mes de marzo la Comisión Tributaria de Milán ratificó la multa impuesta en noviembre de 2011, de 343 millones de euros por evasión fiscal, que se refleja en unos 416 millones de euros por cada modisto y otros 200 millones por la sociedad Gado.

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