¿Ya te has enterado? Marc Jacobs deja Louis Vuitton para centrarse en su propia firma tras 16 años trabajando juntos. El diseñador neoyorquino, de 50 años, ha esperado para anunciar su despedida hasta ofrecer el último show de la maison francesa el día de la clausura de la Semana de la Moda de París, un show que sonaba a despedida desde el principio.
En su último espectáculo, muy teatral, le ha hecho una oda al negro, con modelos con coronas de plumas XXL. Y es que salvo algunas pinceladas en un azul denim, el negro ha sido el principal protagonista. Eso sí, sin duda, lo mejor del desfile ha sido el escenario. ¿Quieres saber en qué consistía?
Un escenario de recuerdos
Las modelos se movían en un decorado donde se disponían diversos ambientes que habían servido como escenario en anteriores colecciones: un carrusel, un gran reloj de una estación de tren, un pasillo de un hotel, una fuente, un ascensor y escaleras mecánicas.
Una oscura llamada a la sensualidad y a la ornamentación
La encargada de abrir el último desfile de Jacobs para Vuitton fue la modelo Edie Campbell con el cuerpo cubierto por el célebre grafiti de Stephen Sprouse, que Marc Jacobs introdujo en Louis Vuitton en 2001. A partir de este momento, las modelos dieron muestra de una colección que es una oscura llamada a la sensualidad y a la ornamentación que huye deliberadamente de lo intelectual.
Sin noticias del sucesor
Estaremos de acuerdo en que su vacante es un hueco muy difícil de llenar. Y aunque sobre su sucesor no se ha mencionado nada, todas las miradas están puestas sobre Nicolas Ghesquière, que abandonó Balenciaga en diciembre del año pasado.
¿Qué te ha parecido la última colección de Marc Jacobs para Louis Vuitton?