El vestido de novia de la heredera de Porcelanosa


La boda de María Colonques y Andrés Benet ha sido, probablemente, la última gran boda de la temporada de la sociedad española. Dicho así puede que los nombres no os suenan de nada. A mi me pasó, sólo me fijé a la vista del espectacular vestido de novia que lucía la susodicha, que para más señas es la heredera de Porcelanosa. Así ya se entiende algo más el postín.

Y es que, al margen del evento en si,lo que llamó la atención fue el modelo elegido por Colonques. Se trataba de un modelo único diseñado por Elie Saab en color champagne con pedrería , escote palabra de honor y una cola de cuatro metros. Impresionante. Lo acompañó con un velo, un bouquet de flores blancas y unos pendientes largos.

Lo cierto es que el vestido por si sólo ya hubiera sido un acierto. El velo de tul llegaba a deslucir en parte por lo espectacular del vestido, pero lo cierto es que pasó desapercibido.

Las invitadas a la boda

Ante el espectacular vestido de la novia poco podían hacer las invitadas a la boda para llamar la atención. Isabel Preysler y su hija Tamara apostaron, como otras muchas, por la sencillez. A pesar de que en la boda de Colonques y Benet se dieron cita numerosos famosos la mayor parte de las mujeres apostaron por una simplicidad que se hizo no sólo evidente en los vestidos sino también en los peinados y maquillajes.


Todo lo contrario que la duquesa de Alba, que no dejó pasar un detalle y se apuntó a la moda del look monocromático que se lleva esta temporada. Ella apostó por el morado.

Entre las más guapas cabría destacar a Amaia Salamanca, que lucía un vestido en tonos azules de manga larga y hasta los pies y que no insinuaba siquiera su embarazo.

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