El invierno nos ha pillado un poco desprevenidas y ha llegado así, de repente. Y, con el invierno llega el frío y, con el frío la ropa de abrigo y… ¡los accesorios! Sí, sé que lo sabéis, tengo una pasión desmesurada por estas prendas pero es que son tan versátiles que es imposible no caer rendida.
Además de complementar nuestro looks, hay accesorios como las bufandas que nos hacen un gran servicio durante todo el invierno porque, la verdad, es que no hay nada más desagradable que pasar frío en el cuello. Hoy os traigo algunos consejillos sobre cómo elegir la bufanda que mejor os va. ¡Tomad nota!
Al invierno, una buena bufanda
Y más este invierno porque, si hay algo que está de moda, son las bufandas y cuellos de lana. Pueden parecer meros accesorios pero la diferencia de temperatura corporal que se genera cuando lucimos una bufanda y cuando no es algo comprobado: la bufanda nos da muchísimo calorcito.
Soy una fan incondicional de las bufandas de lana gruesa y en tamaño XXL, sí, de esas con las que puedes dar hasta tres vueltas y que te tapan hasta la nariz. Lo mejor es que sea de punto grueso, que no sean puntos separados que dejen pasar el frío, y que la lana no pique pues puede resultar muy molesto.
Los cuellos son una opción genial, aunque si son demasiado grandes pueden dejar colarse el viento y ser más fríos que una bufanda. El punto de bola y el punto en ocho tienen un estilo retro que es lo más y, si además, escogéis un color mostaza, verde botella o burdeos, la bufanda proporcionará un toque vintage a cualquiera de vuestros looks.
Una alternativa a las bufandas de lana son los pañuelos XXL de lana fina y con estampados de lo más variados. Abrigan, no son tan pesados como las bufandas y, si no sientes una especial predilección por la lana, dan un look más classy.