A veces elegir el sujetador idóneo resulta una tarea abrumadora. De hecho, muchas mujeres encuentran el modelo que mejor se adapta a ellas después de muchas pruebas de ensayo-error. Hay multitud de opciones en el mercado, y si elegimos basándonos sólo en la estética puede ser que invirtamos en algo que realmente no se adapta a nuestro cuerpo.
Del mismo modo en que para practicar deporte es necesario usar uno específico, las diferentes ocasiones y prendas de ropa requieren de un diseño, color o tejidos en concreto. Especialmente hay que prestar atención al tejido, ya que la piel y los senos necesitan respirar.
¿Por qué es tan importante escoger bien el sujetador?
Los mejores sujetadores son los que cumplen con su función a la vez que favorecen. Las marcas de ropa íntima prestan cada vez más atención a la línea y los detalles, tanto que hemos aprendido a dar a esta prenda la importancia que merece, más allá de fijarnos solamente en la talla y la copa como antaño.
Uno de los aspectos que más caracterizan al sujetador ideal es que los aros parecen ser cosa del pasado. Al igual que los tirantes muy estrechos, que aunque son necesarios al vestir ciertas prendas de ropa (sobre todo en verano), no son recomendables para uso diario. Para ello, es preferible los que cuentan con un tirante más ancho, que dan más comodidad y sujeción. Aunque la máxima expresión de la comodidad la encontramos en los sujetadores sin costuras que evitan posibles rozaduras, pero lo realmente importante es saber elegir la talla.
El sujetador no debe quedar holgado para que no se levante, llegando a ser especialmente incómodo especialmente para las mujeres que tienen mucho pecho al notar esa falta de sujeción, pero tampoco debe apretar. La forma más sencilla de comprobarlo es vigilando si el sujetador deja alguna marca en la piel. Pero además del ajuste, que está relacionado con el contorno, hay que tener en cuenta la copa, relacionada con el tamaño de la mama.
¿Cómo saber cuál es mi talla?
Hoy en día compensa más hacer nuestras compras online, pero el temor a no acertar con la talla puede ser un freno. Para conocer la talla numérica, basta con medir el contorno justo por debajo del pecho con una cinta métrica y sumar a esos centímetros el número 15. Y para dar con la copa, también hay que realizar esa operación pero en este caso a la altura de los pezones. Si a esa última cifra le restamos la primera, dará un número que corresponde a un baremo al que relacionar una letra:
De 12 a 14 sería la A.
De 15 a 16 corresponden a copa B.
De 17 a 18 a la C.
De 19 y 20 a la copa D.
De 21 a 22 a la E.
Y de 23 a 24 a la F.
Hay que tener en cuenta que tu cuerpo cambia
Que durante una buena parte de nuestra vida hayamos tenido una talla no implica que esa sea para siempre. Los cambios en el cuerpo hacen que la talla o la copa varíen. Por esta razón, hay que prestar atención si sentimos molestias al llevar el sujetador y cambiar de talla cuando sea necesario.
Por último, no podemos olvidarnos de valorar otros detalles, como el hecho de que muchas mujeres perciben que sus mamas se hinchan en los días previos a su menstruación. Por lo que para casos como esos, es aconsejable tener algún sujetador un tanto mayor para estos días.