La gente que dice «bah, yo para ir al gimnasio me pongo cualquier cosita» hay que decir que… ¡miente! Todo el mundo se piensa antes de ir qué modelito se va a poner y es que hay que tener en cuenta que al gimnasio vamos a acabar con los antiestéticos michelines o a mantener la «tableta de chocolate» que ya tenemos, luego por una razón o por otra queremos que la ropa que llevamos nos siente lo mejor posible. Sin embargo, a pesar de este empeño por ir bien al gimnasio a veces cometemos errores de estilismo.
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Hoy día tener una entrevista de trabajo es casi igual a que te toque la lotería, por eso hay que prestar mucha atención a todos los detalles y prepararla bien. Además de prepararte bien el curriculum y el contenido de la misma, tienes que prestar mucha atención a tu imagen porque de ella dependerá mucho la impresión que se van a llevar de ti. A una entrevista de trabajo hay que ir bien vestido, acorde con tu personalidad y con el tipo de trabajo al que optas. Precisamente lo primero que tienes que hacer es investigar qué tipo de trabajo es el que vas a hacer y si ese trabajo requiere algún tipo de protocolo a la hora de vestir. Por ejemplo, si vas a trabajar como relaciones públicas es posible que tengas que ir con traje de chaqueta a trabajar, luego es conveniente que vayas así para que vean que estás acostumbrado a llevarlos. Si por el contrario el trabajo es más informal a la hora de vestir, por ejemplo, cámara de televisión, ir con traje a la entrevista no sería coherente, quedaría demasiado elegante.

Vístete acorde al tipo de trabajo que podrías realizar en un futuro pero no te disfraces. Lleva ropa más o menos elegante pero siempre manteniendo tu estilo. Si te vistes de forma diferente a como lo haces habitualmente es posible que te sientas insegura y eso lo reflejarás en la entrevista. Elige un estilismo clásico, pero también cómodo, que te permita estar bien en la entrevista. Lo mejor es que acudas a los colores clásicos como el negro, el blanco, el gris, el al o el beige, colores neutros y sencillos.

Ayer hablábamos de la chaqueta, un básico para el otoño, pues bien, también es un básico para una entrevista de trabajo. Un blazer combinado con una camisa blanca es un look estupendo para acudir a una entrevista. Recuerda que debes vestirte acorde a tu edad, no intentes aparentar más, ni menos años y procura no llevar demasiado escote ni una falda muy corta. Algo básico también son los complementos: es importante que te pongas pendientes, pulseras o un reloj, eso demostrará que sabes elegir y tienes estilo. Pero no te pases, si vas como un árbol de Navidad tu aspecto quedará muy recargado. Lo mismo ocurre con el perfume, ponte un poco pero no demasiado. Lo fundamental a la hora de vestirte para una entrevista es que te sientas segura de ti misma, elegante y cómoda.