Actualmente parece que está de moda la forma de vestir de los años 80. O al menos eso es lo que nos dicen los diseñadores, las tiendas de ropa, las revistas… Así, en los escaparates podemos ver modelos que, según la publicidad, se inspiran en la moda de aquellos años.
Pero ¿realmente se vestía así? No. Y éste es un no rotundo. Os lo dice alguien que vivió los 80. En aquella época la gente no seguía un estilo predeterminado, sino que vestía de acuerdo con su modo de vida. Había diferencias muchísimo más acusadas que en nuestra época entre los distintos estilos. Por un lado estaba la llamada “ropa pija”: pantalones estrechos, sin llegar a ser de pitillo, camisas unisex anchísimas y larguísimas que no tenían ninguna gracia, jerseys de punto muy anchos también y cazadoras de cuero tipo aviador, eran las prendas que llevaba la gente joven de clase media-alta. Era ropa muy recatada: nada de escotes, ni de camisetas de tirantes finitos… las “minifaldas” llegaban casi hasta la rodilla. Nada de tacones; sólo se calzaban manoletinas (lo que ahora se llama bailarinas). Y, por supuesto, todo de marca.
Al margen de este colectivo, las tribus urbanas vestían según el grupo al que se perteneciera. Los heavys llevaban cazadoras cruzadas de cuero o tejanas llenas de parches de tela con imágenes de sus grupos de rock favoritos. Las chicas solían enfundarse en mallas negras (las antecesoras de los leggins) o en tejanos elásticos y por regla general vestían de forma mucho más sexy que las del grupo pijo, con camisetas más sugerentes, por ejemplo. Los punks también vestían de cuero y tejano, con prendas rotas, y a ello añadían su marca de identificación principal: el pelo en punta (o varias puntas) siguiendo peinados elaboradísimos.
Nada de tules, encajes, leggins estampados, ropa interior a la vista, tacones excesivos… todo eso se lo ponía Madonna en sus primeros tiempos o las chicas Almodóvar. Pero la realidad de la calle era otra muy distinta. Y es que la industria de la moda siempre exagera las cosas…